Era un compañero ejemplar que ha dado su vida en el momento más duro que estamos teniendo que vivir la ciudadanía española y la de todo el mundo.
Este virus que no respeta a ninguna persona, y que, en el caso, de Abelardo, ha acabado con su vida, demostrando nuestro compañero hasta el último momento que era una persona íntegra, ejemplar, defensora del servicio público, pues nunca renunció a seguir trabajando a pesar de haber sido decretado ya el Estado de Alarma, con la convicción de que era un servidor público. Y jugándose la vida, como están haciendo miles de personas del ámbito sanitario y de otros ámbitos, como la Administración de Justicia, en primera línea.
Hasta el pasado 16 de marzo, lunes, dos días después de haber decretado el Gobierno el Estado de Alarma, siguió trabajando, en la guardia de su Juzgado, y su esfuerzo y su lucha, han tenido un final horrible.
Desde estas páginas hacemos un reconocimiento público a este compañero, luchador, servidor público, valiente y digno, que no abandonó ni en los peores momentos su entereza y fortaleza.
Descansa en Paz Abelardo
Un abrazo muy fuerte para todos los tuyos y nuestro pésame. Sentimos vuestro dolor profundamente.
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