El Ministro de Justicia Sr. Gallardón ayer se coronó: para justificar las reformas que está acometiendo el Gobierno del PP en general y su Ministerio en particular, no se le ocurrió otra ocurrencia que decir que "gobernar, a veces, es repartir dolor".
El problema, Sr. Gallardón, es cuando todo el dolor lo tienen que asumir los mismos, la clase media, los asalariados, los parados, los funcionarios, mientras que la clase privilegiada, los poderosos, esos que ganando más dinero que nadie pagan menos impuestos que todos, no tienen que sufrir dolor alguno porque este Gobierno de derechas les protege.
Buen ejemplo de ello es las prebendas que el Ministerio de Justicia pretende darles a los Registradores de la Propiedad y Mercantiles. Como los pobrecitos, que se forraron durante el boom inmobiliario, ahora no ganan tanto, y aprovechando que el actual Director General de los Registros y del Notariado es uno de ellos cuya fama le precede en los territorios en que ha ejercido, se sacan de la manga un proyecto por el cual los Registros Civiles pasarán a ser de su competencia, compensando de esta forma su caida de ingresos producto de la crisis económica con el cobro de aranceles por la expedición de certificados, la tramitación de expedientes y otras actuaciones registrales.
En los años del boom, que recordemos, los registradores no repartieron con los ciudadanos de clase media los pingües beneficios que obtuvieron de escriturar fincas, pisos, apartamentos y garages. Ahora simplemente pretenden seguir ganando dinero a costa de los ciudadanos, que tendremos que pagar por sus servicios cuando queramos traducir el nombre al aragonés o pedir una fe de vida, y todo ello gracias a Gallardón, que reparte dolor entre la clase media y dinero a espuertas a los poderosos.
Esto es una vergüenza y un escándalo. Los registradores de la propiedad no son empleados públicos, sus trabajadores no han aprobado proceso público selectivo alguno, los registros de la propiedad no son propiamente administración pública, pretenden además mantener independencia respecto de las circulares y directrices de la propia Dirección General de los Registros y del Notariado, y quieren asumir dentro su Colegio Profesional, registros públicos tan dispares como el de actos de última voluntad, seguros de vida, apoderamientos, bienes muebles, mercantiles, etc, mercantilizando y privatizando los datos personales de cada uno, y cobrándonos por cada vez que queramos disponer de nuestros propios datos.
Gobernar es sobre todo gestionar, y a veces repartir dolor, pero entre todos, y más a los poderosos, Sr. Gallardón. Porque si el dolor le toca sufrirlo siempre a la clase media, no lo reparte, lo socializa en dicha clase. A ver si se entera, Sr. Gallardón, que gobierna para todos y no solo para unos pocos.
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Buen ejemplo de ello es las prebendas que el Ministerio de Justicia pretende darles a los Registradores de la Propiedad y Mercantiles. Como los pobrecitos, que se forraron durante el boom inmobiliario, ahora no ganan tanto, y aprovechando que el actual Director General de los Registros y del Notariado es uno de ellos cuya fama le precede en los territorios en que ha ejercido, se sacan de la manga un proyecto por el cual los Registros Civiles pasarán a ser de su competencia, compensando de esta forma su caida de ingresos producto de la crisis económica con el cobro de aranceles por la expedición de certificados, la tramitación de expedientes y otras actuaciones registrales.
En los años del boom, que recordemos, los registradores no repartieron con los ciudadanos de clase media los pingües beneficios que obtuvieron de escriturar fincas, pisos, apartamentos y garages. Ahora simplemente pretenden seguir ganando dinero a costa de los ciudadanos, que tendremos que pagar por sus servicios cuando queramos traducir el nombre al aragonés o pedir una fe de vida, y todo ello gracias a Gallardón, que reparte dolor entre la clase media y dinero a espuertas a los poderosos.
Esto es una vergüenza y un escándalo. Los registradores de la propiedad no son empleados públicos, sus trabajadores no han aprobado proceso público selectivo alguno, los registros de la propiedad no son propiamente administración pública, pretenden además mantener independencia respecto de las circulares y directrices de la propia Dirección General de los Registros y del Notariado, y quieren asumir dentro su Colegio Profesional, registros públicos tan dispares como el de actos de última voluntad, seguros de vida, apoderamientos, bienes muebles, mercantiles, etc, mercantilizando y privatizando los datos personales de cada uno, y cobrándonos por cada vez que queramos disponer de nuestros propios datos.
Gobernar es sobre todo gestionar, y a veces repartir dolor, pero entre todos, y más a los poderosos, Sr. Gallardón. Porque si el dolor le toca sufrirlo siempre a la clase media, no lo reparte, lo socializa en dicha clase. A ver si se entera, Sr. Gallardón, que gobierna para todos y no solo para unos pocos.