«Un caos... pero es sostenido»


15 de septiembre de 2011


El volumen de trabajo en el Juzgado de lo Mercantil número 4 de Madrid se ha multiplicado por cuatro en los últimos años. Su titular, Fátima Durán, atribuye este aumento a la omnipresente crisis económica que ha provocado que las empresas se encuentren en situaciones extremas y se vean obligadas a declararse insolventes.
Publicado en www.abc.es


Los juzgados mercantiles están saturados: la crisis provoca que los procedimientos se alarguen «sine die»

Fátima Durán, jueza


El volumen de trabajo en el Juzgado de lo Mercantil número 4 de Madrid se ha multiplicado por cuatro en los últimos años. Su titular, Fátima Durán, atribuye este aumento a la omnipresente crisis económica que ha provocado que las empresas se encuentren en situaciones extremas y se vean obligadas a declararse insolventes.

Los concursos de acreedores están a la orden del día, máxime cuando la ley hoy da un margen de dos meses desde que la empresa deja de tener liquidez hasta que presenta una solicitud concursal en el juzgado. Si transcurre más tiempo y la sociedad no hace frente a todas sus deudas, el juez puede intervenir los bienes patrimoniales del administrador. Esta nueva ley ha provocado que las empresas soliciten enseguida una declaración concursal. Antes quizá esperaban más tiempo para «salvarse». Pese a ello, parece que empieza a vislumbrarse el final del túnel. Las grandes empresas que iban a «explotar» ya lo han hecho.

Por primera vez en cuatro años, la densidad de trabajo en estos juzgados ha disminuido. Lo peor sorprendió en 2008, cuando se produjo una auténtica «eclosión» de grandes masas de papel que invadieron las oficinas judiciales. Ahora, esa documentación campa a sus anchas por el juzgado a la espera de que llegue su turno para que la juez pueda estudiarlo y darle una salida con criterio.

Esto «puede parecer un caos, pero es un caos sostenido», asegura Durán mientras señala las aglomeraciones de papel en el juzgado. Inmobiliarias, productoras y, sobre todo, pequeñas sociedades relacionadas con el sector de la construcción como empresas de cerámicas, azulejos o sanitarios son los perfiles más comunes que pasan cada día por su Juzgado.

Aunque se han asignado un juez y un secretario judicial más, la oficina continúa con apenas siete funcionarios, sigue saturada y no ha podido aumentar su actividad diaria. Esto ha desembocado en un sistema de «embudo», que ha alargado el tiempo de respuesta de los procedimientos. Algunos se resuelven en semanas otros, llevan allí desde 2004, año en que se puso en funcionamiento el juzgado. Pese a que el volumen de trabajo disminuyó a principios de año, pasará mucho tiempo hasta que se recuperen los ritmos anteriores a la crisis, confiesa la secretaria judicial, María Jesús Rodríguez.

Juicios «muy complicados»

Un grupo de abogados rompe el silencio de la oficina de apenas 25 metros cuadrados. Entran, esquivan los montículos de documentación apilada en el suelo y cuando tienen despejado el camino, se dirigen a los funcionarios para preguntar y «exigir» que se aceleren los procedimientos de sus clientes. Los juzgados mercantiles también celebran juicios declarativos, muy «complicados», que tienen que ver con asuntos del mundo empresarial como temas de marcas, propiedad industrial, competencia desleal... Estos procedimientos mueven mucho dinero y cuentan con letrados muy preparados dispuestos a defender sus casos hasta el final mientras la Justicia prosigue su dificultoso caminar.


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Imagen: Ernesto Agudo


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