Una de las tres funcionarias de Ribeira afectadas afirma que la amenazó con un expediente cuando se lo reprochó
Publicado en www.lavozdegalicia.es
Una de las trabajadoras muestra el escrito de protesta |
Tres funcionarias del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ribeira enviaron una queja por escrito al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y a otras instancias judiciales denunciando que hay un juez, un profesional que lleva solo una semana trabajando en la ciudad ribeirense, que fuma en su puesto de trabajo. Y no solo eso, sino que cuando le reprocharon su práctica no respondió de forma adecuada.
Según las afectadas, tanto ellas como otros profesionales del juzgado se dieron cuenta desde el primer día de que esta persona fumaba en las dependencias judiciales, pese a que la norma prohíbe encender un pitillo en los lugares de trabajo públicos o privados. Lo detectaron, primero, porque a la zona donde ellas están llegaba el olor del tabaco. Y, segundo, porque, aseguran, el magistrado fue visto con pitillos encendidos dentro del edificio. Dado que empezaba a haber descontento por la situación, una funcionaria le transmitió e a su señoría el malestar reinante. Luego, la secretaria del juzgado también le advirtió de que había quejas. Pasadas unas horas de esta conversación, y siempre según la versión de las trabajadoras, el juez les dijo a las tres funcionarias de la oficina civil que pasasen por su despacho, una por una.
Agrias conversaciones
Una de ellas dice que el juez le preguntó en dos ocasiones si realmente el humo de sus cigarros llegaba a su puesto de trabajo -él está en un despacho aparte, y según dicen ellas fuma en la ventana, pero aún así el olor se cuela por todas partes y además ellas trabajan en un local que no da al exterior-. Luego, según dice ella, le advirtió de que en cualquier momento le podría «abrir un expediente, que para eso él es el juez».
Luego pasaron por el despacho las otras dos. Según ellas, a ambas les dijo, con unas u otras palabras, que estos hechos sentaban un precedente en su relación. Una de las funcionarias le contestó que si ella cumplía con su trabajo no veía por qué debía haber problemas, a lo que él le dijo: «Eso ya lo veremos».
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