Alejar la Justicia de la víctima de violencia y amparar otras violencias, también es violencia


18 de noviembre de 2020



  • El 25 de noviembre es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El Sector de Justicia de CCOO denunciamos la violencia institucional que viven muchas mujeres.

El Sector de Justicia de CCOO con motivo del 25 N (Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer) denunciamos:

La Violencia Institucional que viven muchas mujeres que acuden a la justicia buscando tutela y encuentran revictimización.

El déficit en formación en perspectiva de género del personal que trabaja con las víctimas, obviando los acuerdos internacionales que nuestro país ha asumido con su firma, es un hecho incuestionable. La falta de especialización en los órganos judiciales que se ocupan de delitos contra la mujer y la necesidad de poner fin a ese déficit es una de las cuestiones que más patentes se han hecho en el ámbito del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

Pasar de la inacción política a la gestión no sólo errónea sino perniciosa de un problema, puede incluso considerarse mala fe.

CCOO, decimos NO A LA COMARCALIZACIÓN DE LOS JUZGADOS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.

Alejar la justicia de las personas necesitadas de su tutela, es dificultar el camino a su consecución y por tanto, nunca es una buena solución. Cuando esa persona es especialmente vulnerable por ser víctima de una violencia que constituye una lacra social, es además revictimización, Violencia Institucional.

Denunciamos la comarcalización basada en el aforismo de que “Como no va Mahoma a la montaña, llevamos la montaña a Mahoma”. En lugar de acercar la formación y la especialización a los órganos que trabajan con víctimas, hacen que sea la víctima la que se desplace a los pocos órganos a los que “anunciamos que tenemos intención de especializar”; esperamos que la especialización, no sea la excusa en lugar de la razón que motiva el cambio. Pero en todo caso no podemos aceptar que sea la persona perjudicada la que haga el esfuerzo.

CCOO también denunciamos el amparo en el ámbito judicial de la Violencia Vicaria, creando nuevamente revictimización de las mujeres víctimas de maltrato.

Que menores que conviven con un padre que maltrata a su madre, son víctimas de maltrato, es un hecho reconocido por el Estatuto de la Victima desde el año 2015. Que un maltratador no es un buen padre, debería ser un hecho aceptado universalmente, sin embargo, la defensa a ultranza del derecho a la Patria Potestad y su manifestación cotidiana en el ejercicio de la custodia, impregna las resoluciones judiciales obviando la condición de víctima de las criaturas.

Este maltrato, alcanza su máxima perversidad, cuando la criatura maltratada no es una víctima colateral, sino el instrumento útil para dañar a la madre en un ejercicio atroz de Violencia Vicaria y esa perversidad se traslada al ámbito de los tribunales de la mano de una figura repudiada por la ciencia aunque se venda como científica, el Síndrome de Alienación Parental (SAP), que convierte caprichosamente a la criatura maltratada en criatura alienada, a la madre maltratada en alienadora y al maltratador en víctima.

El CGPJ, ha puesto su empeño en evitar que este falso síndrome, sirva de fundamento para motivar resoluciones judiciales, sin embargo, se cuela constantemente porque sus defensores han aprendido a disfrazar a la bestia para que su presencia pase desapercibida y sin nombrar el SAP, nos encontramos a menores de muy temprana edad viajando kilómetros y kilómetros para visitar a un padre maltratador en prisión.

El último y novedoso disfraz de la bestia, se llama Coordinación Parental, figura paralegal introducida en los tribunales por la vía de hecho, con el mismo propósito perverso: que el padre maltratador no pierda su estatus de poseedor del poder y pueda ejercerlo impunemente por cualquier vía, incluida la violenta.

Si la Coordinación Parental es un instrumento útil y valioso para la defensa de los derechos de niños y niñas, implántese legalmente y con toda transparencia. La razón de que se abran puertas traseras para darle entrada, confirma nuestros recelos y la necesidad de desnudar a la bestia.



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