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La Audiencia en la UCI desde la puesta en marcha de la NOJ (Archivo) -Foto: El faro Digital |
La Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta se vio obligada en la mañana de ayer a suspender un juicio por blanqueo de capitales. Una decisión histórica no por la suspensión en sí, sino por el motivo que llevó a adoptar tal decisión, que no es otro que el nefasto funcionamiento de la NOJ que provocó la incorrecta celebración de la primera de las tres sesiones de juicio oral que se habían previsto.
La decisión fue comunicada por el magistrado Fernando Tesón a las Defensas y al Ministerio Fiscal tras tener que suspenderse el primero de los interrogatorios. Visiblemente molesto, Tesón informó de la obligada suspensión de la vista ante la “falta absoluta” de “preparación” y “organización” por parte de la Nueva Oficina Judicial, razones que impedían que el juicio pudiera desarrollarse con la normalidad y seriedad debidas.
Lo de ayer fue el claro reflejo de lo que ya se presagiaba en fechas anteriores. La Audiencia ceutí se encuentra en una situación gravísima, padece una escasez de medios personales, lo que termina causando retrasos, errores y una pérdida de tiempo fuera de toda lógica que está echando por tierra la buena labor y agilidad que se habían convertido en el ‘santo y seña’ del máximo órgano judicial en la ciudad.
Aunque los tres magistrados que componen la Sala lleven correctamente su trabajo, éste choca con el nefasto funcionamiento de la UPAD (Unidad Procesal de Apoyo Directo) de la Audiencia, que es la que tiene que atender a los magistrados, señalar los juicios y controlar todo lo relacionado con esas vistas para que puedan desarrollarse adecuadamente. Pues bien, ayer pasó lo que se preveía. Lo que incluso el propio Tesón ya había advertido públicamente después de haber trasladado esta “gravísima desatención” a los máximos responsables, sin que hasta la fecha hayan dado paso alguno.
El alarde, que contemplaba varios errores, ya avanzaba un juicio complicado. Los testigos citados esperaban en los pasillos sin saber a ciencia cierta cuándo iban a prestar declaración, si en la vista de ayer o en posteriores. Los CD que contenían las grabaciones con las escuchas telefónicas que se efectuaron durante la operación policial que ha dado pie a este procedimiento no funcionaban porque ni tan siquiera habían sido preparados correctamente con anterioridad. El interés de la Sala desde un principio era el de celebrar el juicio, pero la evidencia derivada de ese anómalo funcionamiento del sistema dio lugar a la suspensión.
Plantillas insuficientes (antes de la NOJ había once funcionarios y ahora solo tres), la existencia de un gestor (que no tiene sustituto) mientras que antes había tres, y personal que carece de la máxima cualificación y regularidad para llevar asuntos tan complejos como son los que terminan en la Audiencia, ha terminado por provocar un auténtico desaguisado judicial. Nunca antes se había tenido que suspender un juicio por el propio ‘defecto’ que presenta un sistema como la NOJ, que hoy por hoy hace inviable que el máximo órgano judicial funcione como debe, simplemente como lo había hecho hasta ahora.
Tres años después de los hechos
El juicio que iba a celebrarse ayer se refería a un presunto delito de blanqueo de capitales que tuvo lugar en septiembre de 2011. Tres años después iba a desarrollarse en varios días, pero se tuvo que suspender no porque lo solicitaran las partes (que lo hicieron pero el tribunal se negó) sino porque era inviable su celebración. Se quisieron escuchar las grabaciones y éstas no funcionaban; se tuvo que ordenar sobre la marcha la declaración de testigos que habían acudido todos el mismo día (entre ellos agentes de Asuntos Internos de la Guardia Civil llegados de Madrid)... nada funcionaba como debía.ENLACE A LA NOTICIA
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