CIENTOS DE MILES DE PERSONAS RECORREN LAS CALLES DE MADRID Y EXPRESAN CON NITIDEZ: HAY QUE ACABAR CON LAS POLÍTICAS DEL GOBIERNO QUE CONDENAN A LA POBREZA, AL PARO Y A LA MARGINACIÓN A MILLONES DE PERSONAS MIENTRAS UN 1 % DE LA POBLACIÓN SIGUE ACAPARANDO MÁS DEL 75% DE LA RIQUEZA
El éxito de las marchas de la dignidad se ha logrado gracias a la unidad de muchísimas organizaciones, mareas y movimientos sociales
Los trabajadores de la Administración de Justicia participamos de forma activa en las marchas. Muchísimos compañeros y compañeras acudieron desde diferentes lugares de España, unos caminando, otros en transporte, y muchos se incorporaron desde la Comunidad de Madrid.
En una burda
manipulación, la policía y medios de comunicación hablaban de 50.000 personas de
participantes en las marchas, cuando deberían de conocer que llegaron a Madrid
más de 900 autocares, trenes y muchos coches particulares de toda España.
Los ocho
carriles del Paseo del Prado y Recoletos, más los bulevares, por una longitud
de 2 kilómetros
y medio estaban totalmente abarrotados; una hora detenidos en la Glorieta de Atocha,
mientras la cabecera llegaba a Colón, multitud de personas aún estaban en
Atocha… La policía informaba de 36.000 personas: Cuando se miente tan
descaradamente, se pierde todo el crédito.
Desde el
comienzo de esa movilización se sabía cuál era la estrategia del Gobierno:
ignorar las marchas escondiendo cualquier información sobre las marchas del 22
de marzo, organizar un despliegue policial desmesurado y convertir el triunfo
de una de las manifestaciones más grandes de la historia en un problema de
orden público.
Se manipula la
información para criminalizar la protesta, justificar la ley de “inseguridad
ciudadana”, e intentar anular el éxito de la movilización.
Las cargas policiales antes de acabar el acto pudieron poner en riesgo la seguridad de
cientos de miles de personas que transitaban pacíficamente por la plaza de
Colón y alrededores.
Los
trabajadores de la
Administración de Justicia participamos de forma activa en
las marchas. Muchísimos compañeros y compañeras acudieron desde diferentes
lugares de España, unos caminando, otros en transporte, y muchos se
incorporaron desde la
Comunidad de Madrid.