Manipulación, alternativas económicas y redes sociales


27 de diciembre de 2012


Por Xaime Meilán xaime.novas@gmail.com


Estos días tuve ocasión de leer dos articulos que inmediatamente relacioné ya que inciden sobre dos aspectos que, a mi entender, son fundamentales en el análisis de la crisis-estafa: la manipulación informativa y la negación de alternativas económicas. El día 23, Luz Sanchis firmaba en www.eldiario.es un articulo titulado “Neolengua. El diccionario del Gobierno” en el  que exponía la utilización por el Gobierno de eufemismos en un intento de disfrazar los recortes y las malas noticias económicas; el día 24, el colectivo “Economistas Frente a la Crisis” publicó en su página web el balance de un año del Gobierno de Rajoy para concluír que “la herencia recibida está siendo dilapidada”. Para los que no puedan acceder al contenido completo de los artículos, a continuación extracto las ideas fundamentales recogidas en ellos. 

Luz Sanchis, que comienza su artículo con la referencia a la promesa de Rajoy en su discurso de investidura de que diría “siempre la verdad” y de que llamaría “al pan, pan y al vino, vino”, recoge todos los eufemismos y circunloquios empleados para no pronunciar las palabras malditas, aquellas precisamente que todos utilizamos para referirnos a lo que vemos y conocemos. De este modo no se pronuncia nunca la palabra rescate, que se sustituye por “línea de crédito” u otras similares; los recortes son “deberes, ajustes y reformas estructurales”; la recesión es un “crecimiento negativo”; la subida de impuestos es “un cambio en su ponderación”; el euro por receta es un “ticket moderador”; la subida del IVA es un “gravamen adicional”, la del IRPF, “un recargo temporal de solidariedad” y la amnistía fiscal, un “afloramiento de bases imponibles”. 

Por su parte, el colectivo de “Economistas Frente a la Crisis” hace un balance del último año para constatar, con datos oficiales, el empeoramiento de todos los datos macroeconómicos (índice de producción industrial, ratio de deuda pública sobre PIB, inflación, prima de riesgo, crédito, salarios, precio de la electricidad, déficit público, paro, etc.).

Para este colectivo, frente al discurso oficial:

“Necesitamos crecer y luego reducir el déficit. Se está haciendo lo contrario. Necesitamos aumentar los ingresos públicos y recortar menos el gasto. La gestión del saldo presupuestario vía disminución del gasto tiene efectos más recesivos que el aumento de la presión fiscal directa.”
“El principal problema de España no es la deuda pública, que es elevada pero todavía controlable, sino la deuda privada. Los hogares y las empresas están acometiendo un proceso necesario de desapalancamiento. Tratar de llevar a cabo un proceso de consolidación fiscal en el momento más bajo del ciclo y con el desapalancamiento privado sólo puede hacer que se hunda aun más la actividad, que la reducción del déficit sea insuficiente y que el ratio deuda pública/PIB aumente. La austeridad es un fracaso que se extiende a la sanidad, educación, investigación, pensiones y prestaciones por desempleo. El año 2012 ha empezado a destruir nuestro estado de bienestar.”
En definitiva:

“El problema no es la herencia recibida. El problema es que esa herencia, buena o mala, abundante o escasa, está siendo dilapidada.”
Los diagnósticos parecen claros, fundamentados y creíbles, pero no llegan a la ciudadanía. ¿Por qué estas opiniones non se recogen en la mayor parte de los medios de comunicación? 

Todo Gobierno es la expresión de los intereses de una clase social o, si se quiere, de los intereses de determinados colectivos que necesitan, para ser aceptados por la mayoría, revestirse como “intereses generales” (“bueno para España”, que diría Rajoy). En esta labor juegan un papel determinante los medios de comunicación (periódicos, radios, televisiones), sostenidos en su mayoría por grandes empresas periodísticas en las que figuran en sus consejos de administración bancos, grupos financieros… y que, en muchos casos, son deudores de las ayudas económicas a fondo perdido que conceden los gobiernos. El acceso a estos medios está vetado a determinados partidos, sindicatos y grupos sociales y la selección o el tratamiento de las noticias esconde aquellas que pueden “levantar el velo” de la ocultación de la realidad. Pensemos en Gallardón cuando aparece en numerosos medios para denunciar los intereses corporativistas que están detrás de las críticas a  su gestión política, sin que los colectivos afectados puedan, en muchas ocasiones, exponer sus opiniones en estos medios. Un ejemplo de esta política informativa la tenemos en la “criminalización” del funcionariado (privilegiados, holgazanes… se publicó en algunos medios) para justificar ante la opinión pública los recortes posteriores o, más recientemente, las declaraciones del presidente de la Comunidad de Madrid de que los pacientes tienen derecho a ser asistidos por los colectivos sanitarios en huelga, huelga que, según él, se hace tomándolos coma rehenes para defender intereses, otra vez, corporativos, en un intento de enfrentarlos cuando, en realidad, el objetivo de las movilizaciones es la defensa de una sanidad pública, universal y gratuita frente al intento por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid de privatizar su gestión. 
Por otro lado, existen espacios para la comunicación todavía no sometidos al control de los gobiernos y de las grandes empresas y grupos de presión. Me refiero las redes sociales:  Twitter, Facebook,  los blogs… Un tuit sólo permite 140 caracteres pero esas palabras pueden ser suficientes para realizar una convocatoria o dar cuenta del enlace a una página web que, a partir de ese momento, puede ser conocida o consultada de forma inmediata por cientos de miles de personas. 

Sorprende, puis, que sindicatos, partidos y demás organizaciones sociales no hagan un uso intensivo de estas herramientas y sigan anclados en los formatos tradicionales de comunicación: hojas informativas, notas de prensa. Puedo asegurar que la mayor parte de los jóvenes no compran periódicos en papel, pero sí consultan a diario Twiter, Facebook u otras redes sociales. La brecha digital puede ser la causa de que algunas cúpulas dirigentes no le den la importancia que tienen hoy en día las redes sociales. Pues ya va siendo hora de que dejen el fax y el sms y se pongan al día.

Traducido del original escrito en gallego

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