13.09.2011.- La inflación española alcanza hasta agosto 0,2 puntos de crecimiento por encima de la media de la Zona Euro en el último año, y aunque este diferencial se ha reducido en los últimos meses, se suma a los 13 puntos de diferencial de precios que acumula España en la última década, lastrando la posibilidad de competir de los bienes y servicios españoles en el área comunitaria y en el resto del mundo.
El aumento de los precios en un 0,1% durante el mes de agosto acumula una tasa del índice general de precios en los ocho primeros meses de 2011 del 0,8% y una tasa interanual del 3,0% en los últimos doce meses, una décima inferior a la del mes anterior.
La inflación subyacente, calculada sin incluir los alimentos no elaborados y los productos energéticos, se mantiene en agosto en el 1,6%, claramente por debajo del índice general.
El ligero aumento mensual del 0,1% del IPC en agosto se explica principalmente por el aumento en los apartados de ocio y cultura (debido a la subida de los precios del viaje organizado) y a la subida de precios de hoteles y otros alojamientos, ligados ambos a la campaña turística de verano en la que las empresas del sector han aprovechado para incrementar sus precios. El descenso mensual de otros apartados: vestido y calzado (en periodo de rebajas de verano) y aquellos apartados en los que influye más directamente la bajada del precio de los combustibles (vivienda, transporte).
La evolución de los precios en los últimos doce meses sigue siendo muy negativa, dada la atonía económica, con subidas generalizadas en los grupos de productos, con excepción de medicina (-1,2%), comunicaciones (-1,2%) y vestido y calzado (-0,2%). Por el contrario, destaca el elevado encarecimiento de los precios en los grupos de vivienda (7,3%) y transporte (7,5%) muy ligados al encarecimiento de los combustibles, así como la subida de precios de bebidas alcohólicas y tabaco (5,6%).
La inflación española acumula hasta agosto 0,2 puntos de crecimiento por encima de la media de la Zona Euro en el último año, y aunque este diferencial se ha reducido en los últimos meses, se suma a los 13 puntos de diferencial de precios que acumula España en la última década, lastrando la posibilidad de competir de los bienes y servicios españoles en el área comunitaria y en el resto del mundo. La conducta irresponsable de una parte de los empresarios españoles en un momento de muy débil crecimiento de la actividad interna y externa contamina el proceso de formación de precios del conjunto de la economía española, con consecuencias muy negativas sobre la mejora de la competencia de las empresas y la creación de empleo, el principal objetivo de la sociedad española. La actitud contemplativa del Gobierno no ayuda tampoco a paliar esta situación y sigue sin actuar sobre aquellos sectores de actividad con márgenes empresariales excesivos (energía y comercialización de alimentos, entre otros) que no se ven amenazados por ningún tipo de medida eficaz.
